Hoy se ha celebrado en el Edificio de la Diputación de Málaga, en la Plaza de la Marina, unas jornadas organizadas por la Federación Ágora, en su XXIII Encuentro, en las que se ha reflexionado sobre el estado de la lucha contra la violencia de género en el panorama actual.
Las conclusiones han sido cuanto menos muy interesantes. Todas y todos estamos de acuerdo en la falta de coordinación y de recursos económicos en la que se encuentra todo lo referente a la violencia de género.
Se ha debatido sobre la formación de los y las profesionales que trabajan con esta problemática, llegándose a la conclusión de la falta de formación en determinados sectores muy relevantes.
Hemos tratado el tema de la situación de las y los menores víctimas de violencia de género y de la importancia de atención específica para ellas/os, ya que es la generación que nos relevará y sin prevención y atención temprana difícilmente vamos a erradicar la violencia de género en nuestra sociedad.
Las conclusiones han sido unánimes: Mayor formación para profesionales, mejoras en la coordinación entre profesionales, más implicación en la prevención, mejorar la dotación económica y sobre todo IMPLICAR A LA SOCIEDAD EN UNA LUCHA DE TOD@S.
La gente es muy pesada con el tema de que «también hay hombres maltratados». Parece que no se enteran de que la violencia de género es algo más que un hombre que pega a su pareja o ex pareja, que hay todo un entramado de violencia en la sociedad, que las mujeres son discriminadas, violadas (por sus maridos y por desconocidos), prostituidas, agredidas, acosadas, empobrecidas, abusadas, esclavizadas en el hogar, malpagadas en las empresas, relegadas a un segundo plano en los puestos de poder, revictimizadas por el sistema judicial cuando deciden denunciar, señaladas por su aspecto físico y vejadas por costumbre. Por no hablar de otras culturas no tan lejanas a nosotras/os como nos gusta pensar, en las cuales las mujeres son atacadas con ácido, se les abla el clítoris, se les casa cuando son niñas, se les niega el derecho a la educación, se las asesina en nombre del honor, se las ignora cuando se quedan viudas y un larguísimo etcétera.
Tan largo que me parece vergonzoso e indignante que llevemos siglos ignorándolo y que aún a día de hoy tratemos de compararlo con la violencia (residual en comparación) que sufren algunos hombres. Y ésta es la clave: «algunos hombres» sufren violencia por parte de las mujeres. «Todas las mujeres» están expuestas a sufrir violencia por parte de un sistema creado y perpetuado por hombres. Es más, los hombres tenemos muchas más probabilidades de sufrir violencia por parte de otros hombres que por parte de las mujeres, cosa que por supuesto no les ocurre a ellas.
Cuando un hombre maltrata a una mujer tiene a su favor todo un sistema social y de valores que apoya y justifica la violencia de ese maltratador. Por eso es tan importante luchar contra la violencia de género y por la igualdad y por eso no es comparable la violencia que ejercen las mujeres contra los hombres. Que sí, que es verdad, que existe y que yo condeno como cualquier forma de violencia. Pero tratar de equiparar ambas y subrayar su supuesta equivalencia me parece un intento machista de invisibilizar la crueldad e injusticia de todo un sistema contra las mujeres.
Aunque a muchas/os les pese, una mujer tiene muchas más probabilidades de sufrir discriminación por su condición de mujer y ser maltratada que un hombre. Muchísimas más. Y esto, señoras/es, sí que es una realidad de la que deberíamos preocuparnos.
Carlos García